En mi trayectoria por buscar no ser una mujer perfecta, sino un mejor ser humano he aprendido a reflexionar sobre las experiencias de la vida. Me cuesta a veces creer que no siempre tengo la razón y aunque en repetidas ocasiones el orgullo me ciega, tengo que aceptar que una de mis mejores cualidades es sentarme a pensar y preguntarme ¿qué hice mal?
Esta semana me gané una frase: “por la boca es un mamey”. Acepto con toda honestidad que me lo tragué como a un limón; lástima que no iba acompañado de una corona o una buena limonada. En fin, después de tanto merodear en los pensamientos me di cuenta que las personas no buscan ningún consejo, solo alguien que los escuche.
Creo que tuve la mejor de las intenciones. No asumí ningún papel de predicador, sino de alguien que creyó haber encontrado el mejor camino hacia la felicidad. Pero fallé de ilusa porque se me olvidó que lo que aplica a uno no necesariamente es la regla para todos.
He llorado muchas veces, he reído otras tantas. Me he enamorado de verdad dos veces y gracias a ese sentimiento maravilloso aprendí a ver la vida desde otro ángulo. Siempre decía que si las personas miraran a través de mis ojos nadie quisiera morirse. He intentado hacer ver a otros lo que yo veo, pero en el camino solo he recibido piedras. Y aun cuando lo volví a intentar, solo me queda decir que el problema fui yo por no saber escuchar.
Hay muchas personas pegadas en los celulares, hay demasiados en chat, en my space, en Facebook, hay gente random que te habla desde un autobús o en el tren. Definitivamente que necesidad la de todos solo contar algo de nuestras vidas para que alguien nos escuche o quizás solo sentirnos aunque sea un momento especial. En facebook, por ejemplo, no siempre todo es un chiste o un chisme. Si lees entre dientes hay estatus que dicen más y sin ofender a nadie a veces es mejor solo "escuchar".
Cada uno de nosotros tenemos la necesidad de sentirnos especial. Y aunque se dice que el 80% de las personas no le importa tus problemas y el otro 20% se alegra, yo prefiero pensar que al menos 1% le va a importar.
He contemplado un ser humano futurista solo con un ojo. Porque los demás sentidos poco a poco los hemos dejado desvanecer. Y el hambre de comunicación poco a poco nos está matando.
Qué más puedo decir?....añadí un poco de azúcar al limón que me tragué…es como único puedo terminar este escrito.
Esta semana me gané una frase: “por la boca es un mamey”. Acepto con toda honestidad que me lo tragué como a un limón; lástima que no iba acompañado de una corona o una buena limonada. En fin, después de tanto merodear en los pensamientos me di cuenta que las personas no buscan ningún consejo, solo alguien que los escuche.
Creo que tuve la mejor de las intenciones. No asumí ningún papel de predicador, sino de alguien que creyó haber encontrado el mejor camino hacia la felicidad. Pero fallé de ilusa porque se me olvidó que lo que aplica a uno no necesariamente es la regla para todos.
He llorado muchas veces, he reído otras tantas. Me he enamorado de verdad dos veces y gracias a ese sentimiento maravilloso aprendí a ver la vida desde otro ángulo. Siempre decía que si las personas miraran a través de mis ojos nadie quisiera morirse. He intentado hacer ver a otros lo que yo veo, pero en el camino solo he recibido piedras. Y aun cuando lo volví a intentar, solo me queda decir que el problema fui yo por no saber escuchar.
Hay muchas personas pegadas en los celulares, hay demasiados en chat, en my space, en Facebook, hay gente random que te habla desde un autobús o en el tren. Definitivamente que necesidad la de todos solo contar algo de nuestras vidas para que alguien nos escuche o quizás solo sentirnos aunque sea un momento especial. En facebook, por ejemplo, no siempre todo es un chiste o un chisme. Si lees entre dientes hay estatus que dicen más y sin ofender a nadie a veces es mejor solo "escuchar".
Cada uno de nosotros tenemos la necesidad de sentirnos especial. Y aunque se dice que el 80% de las personas no le importa tus problemas y el otro 20% se alegra, yo prefiero pensar que al menos 1% le va a importar.
He contemplado un ser humano futurista solo con un ojo. Porque los demás sentidos poco a poco los hemos dejado desvanecer. Y el hambre de comunicación poco a poco nos está matando.
Qué más puedo decir?....añadí un poco de azúcar al limón que me tragué…es como único puedo terminar este escrito.